sábado, 30 de junio de 2012

En el pórtico ideal


Toco timbre. Espero. Alguien desde atrás me dice “¿Ya tocaste?” Sí, le respondo. Pero vuelve a tocar. Me alejo. Los dos esperamos .Los dos miramos el reloj y hacemos una respiración profunda. Me dice: “Te veo cara conocida”. Yo pienso: sé cómo te llamás, a qué te dedicás y por qué estás acá pero solamente le respondo “¿sí?” y lanzo una explicación ridícula, él me interroga un poco más hasta que confirma sus sospechas. Abren la puerta. Él forma parte del lugar, yo simplemente lo recorro recordando viejos tiempos y anhelando futuro incierto allí. 


sábado, 23 de junio de 2012

Volver


Y por momentos sentir esa necesidad imperiosa de volver para atrás, de visitar por un tiempo ese estado de felicidad constante para armar junto a la muñeca un bolsito de anhelos, imaginación, héroes cercanos, mundo a mi manera, magia,confites y sueños en forma de globos. Sin olvidar los impredecibles moretones de esas piernas que lucían juego y la suciedad de esas manos que moldeaban caucho, acuarelas e inocencia. 

viernes, 15 de junio de 2012

Si me estás mintiendo...


"Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.
Que cuando quieras decir: “Mi amor”, digas: “Pescado frito”; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni un solo instante, de lamerle la cerradura."

                                                                                                      Oliverio Girondo

miércoles, 13 de junio de 2012

Ajá


 Termina la entrevista. Camino perturbada hacia la parada. Mágicamente aparece, vacío, el colectivo indicado. Subo, recuerdo las últimas palabras que dije, la contestación del interlocutor y sueño con un sándwich de  pan negro con jamón crudo (sí a las 9: 30 am  ¿y qué?) pero de pronto la ventanilla opuesta me devuelve la imagen de una librería. El libro, pienso, ¿lo guardé? Busco, busco, GRITO: “Tengo que bajar… me olvidé algo” para recibir como respuesta “Esto no es parada.” “Pero por favor, es urgente, bajo acá…” digo antes de lanzarme. Camino, camino, camino, qué lejos, protesto internamente. Cruzo una avenida. PUM se abre la carpeta que llevo en la mano y caen de una vez todos los papeles importantes a una superficie repleta de agua, tierra, mugre…BARRO. Escucho “uuuuuuuuuh”.Guardo todo empapado y asqueroso y ciertas gotitas de barro chicloso quedan en mi cara…claro, las descubro cuando cuadras más adelante me pican los pómulos y la nariz.
Llego nuevamente al lugar. “Me olvidé un libro sobre la mesa ¿puede ser?” Saben a qué me refiero pero dilatan la respuesta verdadera: Se lo dimos a Zutano, a Mengano…ah, Perengano lo guardó. Bien, el libro vuelve a mí. Salgo y piso regalo marrón de perrazo cagador intensivo. Asco, asco, asco, pasto, pasto, pasto. Reitero la caminata hacia la parada. Llego a mi casa, revoleo la bota en un balde, me lavo las manos y mientras intento ingerir alimento entra desaforadamente la perra a la cocina en busca de sus presas. Reacciono rápido y alzo a la gatita bebe junto a su platito de comida pero me caigo, la gata salta, la perra se va por el susto y yo me quedo en el piso despatarrada con una lluvia de trocitos encima.

miércoles, 6 de junio de 2012

¿Mi vecino tomará “Reumosán”?


Yo estoy emponchada hasta el caracú. Él solamente  adiciona un chaleco de lana a su clásica remera; sigue con los brazos libres y está feliz, sí, lo veo desde mi ventana muy gozoso con su escasa cabellera blanca que se menea desaforadamente al compás del viento  mientras barre inútilmente la vereda  y canta funiculì funicolà.

domingo, 3 de junio de 2012

Sube una baja otra


 ¡Hola! 1,90 con Sube. Permiso(Esto está llenoo, cómo voy a salir de acá. Quiero ir al fondo…Me está apretujando, me pisa, qué hace el flaco) Permisoo(Esas personas que se aferran al lugar que les tocó en suerte y no dejan pasar al cardumen de gente que quiere bajar me alteran.Bueno, ya fue, acá estoy bien. Faltaría que abran alguna ventana…hace frío pero hay que respirar.Uy, está mi amor de micro sentado…abrí abrí abrí abrí abrí.No sirvo para mensajes telepáticos.Qué lindo es, está en su mundo… ¿qué pensará? No sé ni cómo se llama.La viejita que se le sentó al lado lo mira de manera afable¿Alguien más lo estará mirando?Ay, subieron muchos nenitos ¿Están solos?Yo no tomaba colectivos a su edad.)No hay problema, siéntese.Gracias.(Ay, qué hermoso ¿abuelito?, él quería sentarse ni bien se desocupó pero nos ofrecía el asiento ¡Qué caballero! Y se sacó el sombrero ¡sombrero! Qué pinta diría mi nonna…) Sí, este llega a la estación(Ah, como va tan lleno no para…pese al barullo se escuchan las puteadas de los que se quedan con las ganas. Va muy rápido, che.)¡PERDÓN!(Le toqué el culo con el bolso.No lo hice adrede señor, usted es muy alto…Y está encorvado.Es enorme.Deberían darle el asiento. Está muy incómodo, le tocaron el culo sin querer.A veeeer…tengo todos los cierres del bolso en orden. Dónde metí el celular ¡Me lo olvidé! ¡Me lo olvidé! ¿Dónde estará? No puedo buscarlo con este mazacote humano… ¡Me lo robaron! Ah, no, cierto, lo guardé en el bolsillo de la campera ¿Está? Ah, sí, lo siento. Es  muy viejito nadie lo quiere.El nene me mira, qué quiere.No quiero sonreírle al nene…Ay, qué estúpida por qué me reí. Es simpático, para él debe ser una aventura esto.Tiene zapatillitas con luces que encima del ¿padre? no se lucen. Tengo que bajar, qué rápido llegué hoy) PERMISOO… (Ya llego.Un té calentito urgente)  ¿BAJÁS ACÁ? (Deberían correrseeeeee)
 Bajé y la última palabra que escuché de la chica de aproximadamente 14 años (15,13, 12) dirigida a sus ¿amiguitas? que como ella ocupaban todo el sector de la puerta no deja de rondarme por la cabeza: “señora”, “señora”, “señora, “señora”… Dijo “Dejen bajar a la señora.”