lunes, 22 de octubre de 2012

Narcisos


En el colectivo, los estornudos y las conversaciones sobre extracciones dentarias de los estudiantes de odontología  se mezclaban con los resultados de un supuesto partido de fútbol (¿o de rugby?). Yo estaba sumergida en mis pensamientos planteándome situaciones ¿estúpidas?, por ejemplo, quería que alguien gritara algún verso alejandrino sin ningún fundamento visible pero con convicción voraz y voz egoísta que permitiera romper con la monotonía del momento. Pero de pronto una conversación llamó mi atención. Una chica, sentado junto a un chico, quien le estaba indicando la parada correspondiente después de escuchar el lugar de destino, hablaba de calles, de números de colectivos…Ella sacó su celular y presionó, en su pantalla táctil, varios números.(El teléfono de él, tal vez…) Algunos bajaron, otros subieron y  sin querer quedé más cerca de ellos. Pero automáticamente él me ofreció el asiento, abandonó el transporte y  ella siguió viaje sumergida en su celular, el cual no soltó pero dejó, en un momento, sobre sus piernas, lo  que me permitió ver su foto de pantalla: ELLA sonriente en un sugerente primer plano.
Esta apacible tontera  me motivó a una pequeña y personal investigación. Me obsesioné durante unos días con los fondos de pantalla ajenos. Vi celulares masculinos con fotos de novias, con nombres de empresas telefónicas, con Mario Bross, con paisajes, con amigos, con mascotas, con hijos, con abuelos,  y  volví a encontrarme con fotos individuales de los dueños. Noté que nunca me había percatado de que algunas de mis amigas llevan constantemente su foto en la pantalla, la propia (individual, solitaria), sí, son ellas y se ven cuando consultan la hora, cuando reciben un mensaje, cuando cortan una llamada, cuando por inercia desbloquean el celular… y realmente me asusté. No puedo entenderlo. ¿Con qué necesidad? ¿Por qué hay que verse ahí? O mejor dicho ¿Para qué verse entre los íconos del celular? Si después, seguramente, te volvés a encontrar con tu cara o tu físico en el espejo, en la fotos de Facebook, en Twitter, en Google +, en Whatsapp, en MSN o en… Definitivamente, Narciso, es el rey de la era digital.