Soñé que estaba en una fiesta de inauguración.
Era en la terraza de un edificio. Había mesas largas y mucha gente.
Allí, un hombre fijaba su mirada en mí,
con dolor, con lamento, con entusiasmo, ¿con complicidad?
No sabía cómo eludir la situación y decidí
acercarme o alejarme de su dolor. Pero él también se levantó, sin dejarme ir
hacia su mesa se acercó y haciendo pausas profundas, con las cuales aprovechaba
para mirar a sus compañeros, dijo: “no te
asustes, pero es la primera vez que me pasa…Tengo poderes y estoy viendo algo… en
vos. ¿Querés saber qué? “
La forma en la que había dicho “algo” no era para nada amigable. En los
segundos previos a la respuesta pensé en fantasmas, en brujas, en adivinos, po-
de- res. Los ojos que estaban frente a mí, se encendieron en un negro más
intenso. Dije: “sí, pero sin herir
susceptibilidades.”
Me desperté con la última palabra dicha en
sueños en la boca, repitiéndola sin sentido y con dificultad mientras mantenía
los ojos cerrados. Suscepti…, susceptibilidades, suscepti…,
susceptibilidades, susceptibilidades.