viernes, 13 de febrero de 2015

¿Por qué siempre nos tenemos que adecuar a los otros?

  Hay una fecha que me convierte en más problemática. Un día en  el cual, parece, voy en contra del mundo y él se empeña en mostrármelo, en cada llamado, en cada visita, en cada mensaje. Fue, en otras ocasiones un día festivo, torta, velitas, comida, familia, amigos, salida, pseudodescontrol pero… Tal vez comentando cómo en esa jornada todas las luces  de la filmación mental apuntan a la misma persona, a mí, se entienda el calor interno y el rechazo.

  Entonces…plantear la idea de vivir mi cumpleaños como un día normal, o peor aún, un día para estar en mi casa, así, sin más, respondiendo los llamados… para varios es motivo de locura.  Es impulso necesario para hablar, en secreto, sobre lo mal que estoy o sobre las rarezas de mis vivencias. 

   Mi respuesta frente a la cuestión: ¿Por qué siempre nos tenemos que adecuar a los otros? Otros, “mis otros”, los que me quieren, los que siempre están pretendían aunque sea una reunión nocturna tranquila, un encuentro vespertino, o una luz verde para aparecer en casa. Pero esta vez dije no. En esta circunstancia, planee una huida con la familia de origen y aunque no resultó a la perfección porque apareció mi abuela con su ramito de flores y su saludo “felices 25+ 2”, fui feliz así, recluida, refugiada y en pijama.



jueves, 5 de febrero de 2015

Frente al mar

 1
¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento, es su forma.

2
Las olas se retiran
-ancas, espaldas,nucas-
pero vuelven las olas
-pechos, bocas, espumas-.

3
Muere de sed el mar.
Se retuerce, sin nadie,
en su lecho de rocas.
Muere de sed de aire.

                                             Octavio Paz