Yo idealizo. Los coloco en un pedestal o en un pozo después de entablar una mínima relación. En un principio me siento totalmente convencida de lo planteado, porque veo claramente en cada uno de sus actos la merecida condecoración o el repudio.De manera consciente me alejo del que arrojé a los abismos siendo cualquier excusa válida para criticar mentalmente su actuación.Con el transcurso del tiempo, generalmente, todo se desmorona.De pronto aquel que se encuentra en la cúspide debe bajar o quedarse en los escalones cercanos a la ciénaga. El otro, el desechado, (que nunca descubrió mis pensamientos) comienza a adquirir más protagonismo. Sí, “el soberbio”, “el molesto”, “el mentiroso”, ahora ocupa el primer lugar. Marche una corona para él y una soga para mí…
( Un lunar es una mancha en el rostro u otra parte del cuerpo, producida por una acumulación de pigmento en la piel. Este blog tal vez contenga pigmento lunático )

jueves, 19 de enero de 2012
sábado, 14 de enero de 2012
Caperucita
_______________________________________
Caperucita sólo tiene dieciséis
primaveras sin flores, papá le dice: "Ven.
Caperucita eres joven y tienes que aprender
a ocuparte de la casa, que serás una mujer.
Para que seas buena esposa
y no envejezcas sola,
en la cama y la cocina has de saber
alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo,
que te atrapa tu destino,
que has de ser madre y esposa".
Y la pobre Caperucita llora.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
Una fría tarde Caperucita iba
a casa de su abuela a llevarle comida,
cuando se encontró con un lobo feroz.
"Dime dónde vas niña, que te acompaño yo".
La muchacha se supo perdida.
Gritaba Caperucita
mientras la devoraba el lobo.
Bajo la falda del vestido
estallaron los dormidos
sueños que en la noche
la mantenían viva. Pobre Caperucita.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
Una gris mañana Caperucita se casó,
vestida de blanco, bella como una flor.
Su marido, muy elegante, otro lobo feroz,
y su padre orgulloso lloraba de emoción.
Ahora cada noche el lobo la devora,
clava sus dientes, y llora
Caperucita mientras espera a que un aullido
le diga que el dormido animal despertó.
Después descansa tranquilo el malvado lobo feroz.
La cara de Caperucita alumbra una sonrisa
mientras mece una cuna. En ella está una niña,
quizás futura oveja para un lobo feroz,
a no ser que afortunada la rescate tu amor.
Caperucita la arrulla contra el pecho
y un murmullo lento y lleno
de esperanza y vida,
canta Caperucita.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad.
Quiero volar".
viernes, 6 de enero de 2012
La marcha nupcial
Tengo que asistir a un casamiento a fin de mes (es de un primo de mi mamá ) Sé de la existencia de la festichola hace más de un mes y con la excusa “seguro estoy de vacaciones” pensé que zafaba. Pero se me acaban de pinchar los días veraniegos en el mar y mi madre me contó (una vez más) dónde conoció a mi padre: EN UN CASORIO.
Sí. Es evidente el porqué del relato materno. Ella ama los himeneos y quiere que su hija conozca al amor de su vida en uno. Sé que va a analizar a todos los “muchachos" y se va a mandar alguna de las suyas (algún día ampliaré esta parte).
Les contaré lo que suceda (¿interesa?), por el momento pienso pasarla bien al hacer rancho a parte con la familia cercana que está invitada: Bailaré con el tío divertido, me reiré de las señoras coquetas con lápiz labial en los dientes, probaré y dejaré al costado supuestas delicias, haré el pasito “Pasión” con la nonna y como siempre, gran parte del festejo se lo dedicaré al papel de niñera con mis primitos.
¡Ah! No pienso bailar el vals con nadie, he dicho.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)