Después de hablar del clima, de la mujer que se rascaba desesperadamente la cabeza en el banquito de al lado y de hacernos preguntas tontas para descubrir las respuestas a partir de los colores de los Rocklets, él comenzó con un monólogo. Todo lo que decía me parecía confuso y excesivo. Sin embargo sabía que tanta charla absurda no era adrede y más tarde descubrí el estado de distracción en el que me encontraba.
Cuando terminó de hablar mi miró como esperando una respuesta. Las últimas palabras me marearon. Se acercó una compañera que a modo de broma echó diciendo “¡nunca nos dejan solos a nosotros!”. Apoyó su mano en mi pierna y dijo:
-El sábado te mandé un texto ¿no te llegó?
yo: (Al escuchar “texto” por la relación entre ambos, pensé en alguna narración, pero con la pregunta entendí a lo que apuntó y tontamente contesté) - Debe estar dando vueltas por el ciber espacio de los mensajes de las personas sin celular. Al final no lo arreglé. Sigue apagado.
Compañero S:- Ah…yo te había mandado el nombre de una obra de teatro. A la que quiero ir con vos.
Empecé a entender. Me dijo que todavía las tenía. Me invitó a su casa. Me sentí incómoda, su actitud había cambiado completamente. No quiero decir que se hacía el seductor pero su mirada de pronto me molestaba. Con una excusa ridícula me levanté, lo saludé y comencé a caminar hacia calle 7. Llegué a la parada del micro. Después de un rato escuché un “chist chist” acompañado de un golpeteo en el hombro…
Siento que estoy ante el nacimiento de un acosador serial. Abrazooo
ResponderEliminarRecuerdo tu cara cuando entraste a casa.
ResponderEliminarlas miradas cambian. Y por eso odio las citas.
ResponderEliminarA veces llegan a dar arcadas...
pero te siguió hasta la parada. Eso es lindo... quiero creer, no??
Que feo el momento en el que te das cuenta que alguien con quien te sentías cómoda y es un amigo te tiene ganas.
ResponderEliminarYo personalmente pienso me caes re bien pero, no te doy aunque sea la única forma de salir de una prisión en Corea del Norte, y ahí se pone fea la cosa.
Si alguien te abruma y te hace quedar distraída.....ya es un problema. Saludos!
ResponderEliminarY qué pasó!? cómo se llama la obra? Quizá podamos buscar alguna respuesta en la intertextualidad del nombre..
ResponderEliminar¡Jajaja! Me encanta el comentario de Ariadna.
ResponderEliminarSeguí, Lunática. Tengo miedo de que compañero S haya sido de esos que matan a las chicas y las meten en una bolsa de consorcio.
¿Y el comienzo de esta historia? ¿Me lo perdí?
Respecto al primer suicido de mi madre, snif, pero ya pasó.
No sabía que entre el 27 y el 30 de diciembre se vivirá el prólogo del fin. ¡¿Qué pasa que Roberto P aún no se contactó conmigo?! ¡Es que no soy uno de los elegidos! Anteayer me robé un bocadito Marroc. Debe ser por eso.
¡Saludos y gracias por pasar!
Gastmun: Yo no quiero sentir lo mismo que vos !!!
ResponderEliminarNati: Te equivocás de día…
Alone: Ya no le puedo sostener la mirada. Me incomoda. A salir con la bolsita que te dan en los aviones jajaj
Sil: Jjaja Siiií, la cosa se pone feaaaa.
Dany: Cuando me di cuenta de la situación ya era tarde. Mi atención evidentemente estaba en otro lado ¿Qué problema? ¿No? (¡Ay! Quién decía esa frase??)
Ariadna: Jjaaj Prefiero no ponerle título a la obra porque no se va a representar. No hubo ensayo, ni habrá estreno (¡Espero!)
Guille: Sigo viva, acá estoy. Digamos que no tiene comienzo porque lo anterior pierde importancia frente a lo venidero.
¿Un bocadito Marroc? No te puedo creer…muy mal lo tuyoo. La próxima delinquí con bocadito Cabsha, es mucho más rico.
Jajaja... Boluda, el mismo día que robé el Marroc, robé un Cabsha. Te lo juro por mi madre de alambre. Se los robé a la gente de un lucutorio a quienes odio porque me garcaron con las impresiones de unos currículums hace unos meses.
ResponderEliminarBah, no los odio, pero me divirtió robar los dos bocaditos frente a las narices de los tres empleados.