viernes, 5 de abril de 2013


 Siempre intento estar, en este mundo "A lunares", completamente ajena a ciertas realidades. Pero esta vez no puedo. No admito no comentar la situación que está viviendo mi ciudad desde el martes: Lo que en principio parecía ser una lluvia intensa la dejó sumergida ( y no por casualidad utilizo el verbo “sumergir”) en una catástrofe que parece  imitar los castigos bíblicos del Antiguo Testamento o el diluvio de Cien años de soledad
 La capital de las diagonales en menos de cuatro horas vivió instancias aterradoras. Dicen los que saben que llovió en muy poco tiempo lo pronosticado para cuatro meses, por este motivo, las calles se convirtieron en ríos extremadamente caudalosos y los vecinos se encontraron rápidamente con  la presencia de hasta dos metros de agua dentro de sus casas. Como en una guerra entre la naturaleza y los humanos nos hallamos envueltos en una tragedia sin precedentes.
 La zona en la que vivo y trabajo no fue tan afectada. Nadie se puede quejar de la falta de luz, teléfono o agua cuando el techo y la cama calentita están. Por eso desde el miércoles estoy  escuchando los relatos de los alumnos que asisten a las escuelas en donde trabajo. Claramente, los chicos que se acercan al colegio lo hacen para ayudar con las donaciones o simplemente para descargar un poco, en palabras, lo que vivieron. Los ojitos llorosos y la voz temblorosa de algunos cuando relatan haber visto pasar por las calles no solamente animales y personas vivas arrastradas, por la furia de la corriente, sino también cadáveres que flotaban, no va a ser fácil de olvidar.
 “Mi hermanito de seis años estaba con mi mamá en el momento de la tormenta y me dijo que a su más amigo se lo llevó la corriente y no lo encuentran.”  Me cuenta un chico que vive con su abuela y no sufrió lo que el resto de su familia. Otros a viva voz comentan: “Vivo cerca de un  arroyo, dicen que se cayó una camioneta con familia y la corriente se los llevó.”; “Mi tío pasó la noche en el techo porque le llegaba el agua al cuello”; “Estoy viviendo con muchos familiares que se quedaron sin casa”; “Pude salvar a mi abuela que estaba sola y mientras la llevaba, encima de mí con el agua a la cintura, varias personas se me colgaban del cuello pidiéndome ayuda…no sabía cómo hacer.” ; “Volvía de las vacaciones y el colectivo me dejó en la zona más afectada, llegué nadando a mi casa mientras los autos que flotaban y no sé qué otras cosas, porque estaba todo oscuro, se me venían encima.”

 PIDO ENCARECIDAMENTE QUE HAGAN DONACIONES EN SUS LOCALIDADES (colchones, frazadas ,ropa, toallones, zapatos, alimentos, pañales, velas, elementos de higiene personal y general y todo lo que crean necesario)  PORQUE SÉ QUE DIFERENTES ORGANIZACIONES SE ESTÁN AGRUPANDO EN LAS PROVINCIAS Y QUE TODO ESTÁ LLEGANDO PARA LAS ZONAS AFECTADAS. MUCHAS GRACIAS. 

6 comentarios:

  1. Ya he llevado todo lo que pude juntar entre mis familiares a la parroquia de mi barrio. Ojalá que tanto dolor nos haga despertar de una buena vez, no podemos seguir soportando la inoperancia de nuestra clase dirigente. (No es un comentario político, no es momento para eso, es hartazgo lo que siento).
    Un beso y mucha fuerza, unidos vamos a salir adelante!

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    1. ¡Gracias! Creo que somos varios los despiertos que sabemos apreciar la inoperancia de los que gobiernan (como así también, reconocer a los que aprovecharon la situación para hacer, lastimosamente, política oportunista). Pero al momento me gustaría reconocer la solidaridad de todos los argentinos. Estuve ayudando en el recibimiento de las donaciones,en un cole, y realmente es muy gratificante el sentimiento de colaboración de todos.

      De a poco, en estos días, se vuelve a la rutina mientras, en las casas, las marcas salvajes (no se me ocurre otro adjetivo) del agua inevitablemente recuerdan las pérdidas y lo ocurrido.

      Un beso, Dan y gracias por tus palabras. Es bueno saber que del otro lado hay alguien que lee no solamente las entradas "comunes".

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  2. vivo en la plata, en el centro de estudiantes de arrecifes. desde nuestro municipio nos enviaron muchas cosas a nuestra casa porque por un malentendido creyeron que habiamos sufrido daños. por suerte no nos paso nada, una noche sin luz nada mas, pero hubo quienes quisieron quedarse con los donativos porque, como muchos de los que convivimos, no estamos en la mejor situacion financiera. no te haces una idea de la bronca y la impotencia que me genero esto, trate de egoistas y cague a puteadas a los que decian eso. no tenian justificativos. por suerte algunos se tomaron las cosas con mas calma y no lo discutieron del modo que lo hice, si bien opinabamos lo mismo que yo. espero que mañana todos esten de acuerdo en donar los productos que no necesitamos verdaderamente, porque me asquearian las personas con las que vivo. y aprovecho para sumarme en la peticion: si pueden ayudar haganlo, son miles los damnificados.

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    1. Como platense sé que lo que contás pasó en muchos lugares!!
      ¿Qué sucedió, al final, se deshicieron de lo que no les correspondía?

      También ocurrió de personas que fueron a los centros de donaciones y se "hicieron" de colchones (entre otras cosas) cuando el agua ni los había tocado y aprovecharon la situación para VENDER (sí, vendían colchones, ropa y/o artículos de limpieza que habían recibido de alguna persona caritativa...) Situaciones que parecen impensadas pero que realmente a algunos se les cruza por la cabeza y las llevan a cabo.

      Ya que vivís acá te puedo decir...¿viste cómo quedaron las marcas en ciertos barrios? Parece mentira que el agua haya tatuado así las paredes. ¿Y la basura? Estoy rogando para que no llueva mucho, porque con la cantidad de mugre que hay en todos lados, nos inundamos tooodos y más.

      Saludos,Cerebrito. Y sí, los damnificados son muchos, no hay que bajar los brazos y seguir ayudando.

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