Por suerte existen los días en los cuales una se siente totalmente feliz, cierra la puerta de su casa al ritmo de una canción mental, saluda a los vecinos con mucha efusividad, cruza las calles luciendo una impecable sonrisa y espera el micro sumergida en una nube de posibles encuentros. En esos días vemos al chofer más amigable, y hasta puedo decirlo, sí, esperamos poner monedas que no sean leídas por la máquina, para poder realizar una lectura más clara de los pasajeros. Además, mostramos una actitud totalmente despreocupada frente a las mujeres que buscando asiento te frotan su cartera por el brazo, te pisan con el taco, o te refriegan el pelo por la cara. Sabemos que ellos también están ahí. Pero no descubrimos al atrevido, ni al transpirado, ni al “reguetonero” con su mp3 a todo volumen, ni al anciano perfumado y con sombrero. No. Antes de subir estamos al tanto de la hora (16:30) y del día (lunes) en el que viaja ÉL en el asiento trasero.
La etiqueta la tenemos que discutir. (remota a otros tiempos de palabras poco queridas de cierta persona)
ResponderEliminarEn mi caso todavía espero que suba. You know
jajaja, y allá va.. un viaje más, pero adornado de buenas ondas
ResponderEliminarsaludetes muchacha!
Ahhhhhh qué lindo viajar en colectivo, me gusta, lo disfruto... es mi momento pre-post facultad que aprovecho para desconectarme una horita... mp3 en las orejas y se acabó el mundo.
ResponderEliminar(Él, viajará en algún que otro lóbulo de mi cerebro =D )
Guau. He dicho (o ladrado...).
ResponderEliminarevidentemente ÉL es el motivo de tanto disfrute de lo cootidiano :)
ResponderEliminarNati: Le voy a seguir diciendo “micrín” cariñosamenteee // Vos sabés que sí sube. Olvidate y un día escucharás un “1.90” cargado de PAN (Pero qué sutil, eh! ) jajaj
ResponderEliminarėfėdėfėdė: ¡Sí! La lluvia no iba a arruinar el momentooooo
Pipistrela: A mí también me gusta viajar en “colectivo”, me desconecta de la realidad ciertas veces y en otras me acerca demasiado. Prefiero escuchar los ruidos de la calle, las conversaciones ajenas y los quejidos de las puertas mientras llego a destino (generalmente la facu o mi casa ). Seguramente tu ÉL viajará en alguna parte de tu cerebro gracias a alguna canción que lo recuerde.
Gabrielli: Jajaj Me encantó la posibilidad escrita entre paréntesis.
Dissors: ¡Claro que sí! Un poco de embobamiento siempre viene bien.
A todos: Gracias por pasar por aquí =)
qué sería de la vida sin un ÉL en el asiento trasero!
ResponderEliminarCoincidooo
ResponderEliminar¡Bueno! ¡Qué bueno que el tal Micrín le alegre tanto la mañana! Quedo con la intriga sobre el apodo... :)
ResponderEliminarY me encanta el comentario que le hacés a Pipistrela: "Seguramente tu ÉL viajará en alguna parte de tu cerebro".
¡Saludos!